viernes, 14 de octubre de 2016

Cuentos ridículos - Cinthia Scoch y la mandarina ridícula (p.1 de 3)

Cinthia Scoch era una chica de 10 años a la que le gustaban cosas como comer mandarinas mientras paseaba. Un día salió a caminar por un sendero desconocido y en cierto momento vio que a un costado del camino había una planta de mandarinas. Arranco una y la fue pelando mientras seguía paseando, sin advertir que se trataba de una mandarina ridícula.
Las mandarinas ridículas tienen la inscripción "MR" grabada en cada una de las semillas, pero en general las personas no advierten ese tipo de detalles. Algunas si lo hacen, pero en común que crean que si la sigla "MR" es por "Marca Registrada", como aparece en muchos artículos.
Como se a dicho, a Cinthia Scoch le gustaba comer mandarinas mientras paseaba, y aquel día salió a caminar por un sendero desconocido cuando de pronto vio que a orillas del camino había una planta de mandarinas muchos lectores recordarán que la fue pelando mientras seguía, sin advertir que se trataba de una mandarina ridícula. !Cómo no lo van a recordar si está escrito apenas una linea mas arriba!
Al saborear el primer gajo Cinthia pensó que era la mandarina mas dulce que había probado en su vida, pero al segundo cayó en la cuenta de que algo raro estaba ocurriendo: !Se había quedado pelada! ¿Qué había sido de sus hermosos cabellos verdes y amarillos, duros como alambre?
Aún no había encontrado una respuesta a esa pregunta cuando escuchó a la mandarina:
-Por comerte mi gajo te quedaste sin cabello. Por lo tanto tendrás una idea descabellada:







Los alumnos en base a este cuento describen personajes e ilustran en sus netbooks...





Información de último momento

40 años de democracia